jueves, 6 de junio de 2013

Sueña.

Un día, como de costumbre, pasa despacio, esperando junto al balcón a que alguien te rescate como en los cuentos de princesas, siempre sueñas con eso. Pero te das cuenta, de que no vives, siempre sueñas con esperar a ese príncipe azul que nunca existió ni existirá. Pero un día cualquiera, sin motivo alguno, llaman a la puerta, era el destino. El destino se le cruzó en un abrir y cerrar de ojos. 

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